Mi hijo no come fruta, ¿Qué puedo hacer? #LocosDeLaFruta

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Hoy voy a usar la foto del #desayunodelpeque para ilustrar un post que llevo tiempo con ganas de escribir.

Que suerte que tu hijo coma fruta“. Esta frase la he escuchado más de una vez, y más de dos.

Ayer se publicó en El País un artículo titulado “No, que tus hijos coman fruta no es cuestión de suerte“, que me viene de perlas para contaros mi opinión sobre esto. Yo tampoco creo que sea una cuestión de suerte, pero sí de probabilidades.

Muchas madres me escriben diciéndome que qué pueden hacer para que sus peques coman fruta. “A mi hijo no le gusta la fruta“, “¿Qué puedo hacer para que mi hijo coma fruta?“, “Necesito consejos para que mi hijo coma más fruta“.

¿Te reconoces en estas preguntas? Desde mi punto de vista, te voy a contar lo que yo pienso que puede influir en esa probabilidad de que a tu hijo le guste la fruta. En el artículo que os enlazo ya hablan de algunas de ellas:

  1. Dar ejemplo. Creo que es algo básico. No podemos pretender que nuestros peques coman fruta en la merienda si nosotros comemos bollos con el café. Somos su mayor ejemplo, ¡tenemos que aprovecharlo! Es más, a veces, incluso funciona mejor no ponerles a ellos directamente la fruta, sino servírnosla para nosotros. No sé vuestros peques, pero los míos, cuando me ven comiendo algo y no les he ofrecido, vienen corriendo a ver qué es. Y me lo piden, por supuesto 🙂 Siempre suelen querer lo que tienen papá o mamá en el plato. Si papá y mamá lo comen todos los días, ¡no puede ser malo!
  2. Que las tengan a la vista. E incluso a su alcance. En el frutero, ya lavaditas y listas para pegarles un mordisco, o pelarlas. Si no ven fruta a su alrededor, es más difícil que las pidan. Enseñarles a pelarlas, a modo de juego, también puede ayudar. Una mandarina, un plátano… son frutas que pueden pelar ellos solitos. ¡Mi peque mayor se enfada si le pelo las mandarinas en casa! Le encanta hacerlo, aunque para el cole se la mando ya peladita, más que nada porque entiendo que las maestras están con muchos niños en la clase y no pueden estar al 100% con cada uno.
  3. Que no tengan a la vista otras cosas más “apetecibles”. Tan importante como que tengan fruta a la vista, es que no tengan a la vista otros “alimentos” poco sanos. Pongo “alimentos” entre comillas porque me refiero a galletas, chucherías, zumos, batidos, bollos y ese tipo de cosas comestibles que tampoco alimentan demasiado. Lo mejor es que directamente no estén en casa. Hace unas semanas, en un programa de Alberto Chicote titulado “Qué comen nuestros hijos” – que por cierto, no me gustó nada -, unos “expertos” decían que los niños rechazaban la fruta porque no era dulce… ¿¿¿WHAT??? ¿Que la fruta no es dulce? Si estás acostumbrado a comer cosas azucaradas, por supuesto que no te sabrá dulce. Pero no porque no lo sea, sino porque tu paladar está acostumbrado a sabores más fuertes. Con nuestros hijos pienso que tenemos que poner todo de nuestra parte para que su paladar siga siendo lo más virgen posible, y sepan disfutar de los sabores naturales de los alimentos de verdad. Si no conocen el azúcar, no la echan de menos. Ojo, que tampoco quiere decir que no prueben azúcar en su vida, que en el mundo en el que vivimos es algo imposible, pero sí que no sea algo que tomen a diario. ¿Qué necesidad hay de añadir azúcar o leche condensada a unas fresas? Lo he visto, y me parece una locura total.
  4. Empezar desde el minuto 0. Si tienes un bebé que aún no ha comenzado con la alimentación complementaria, o está empezando, ¡aprovecha ahora! Es el momento. Que desde el principio las conozca en su forma original. Ofrécele fruta madura, entera, en trozos que pueda deshacer fácilmente con sus encías.

“¿Y si después de todo esto sigue sin gustarle?”

  • No te agobies, y lo más importante: no le agobies. Con esto me refiero a que no le vayas persiguiendo por la casa con la fruta 🙂 A veces cuanto más insistimos, es peor, y más se resisten. Simplemente, déjala a su alcance. Ofrécesela. Si la quiere, bien, y si no, tampoco pasa nada. Pero, como dice Natalia Moreguer en el artículo de El País, tampoco podemos caer en ofrecerle algo no sano “para que coma algo”. Si no quiere la fruta, ofrécele algo diferente, pero que sea sano también.
  • Puedes incluír frutas en algunas recetas, para que se acostumbre a los sabores. Por ejemplo, en unas tortitas de avena con plátano.
  • Aprovecha en verano. Con el calor, fresquitas de la nevera, ¡son muy apetecibles! Pienso que es muy difícil que a una persona/niño/bebé no le guste NINGUNA fruta. ¡Si hay miles! ¡Y con tantos sabores diferentes! Si todas supieran igual o tuvieran la misma textura, todavía lo entendería 🙂
  • ¡Llévasela al parque! Por favor, hacedlo por mí ¡jajaja!. No sabéis lo que sufro cuando voy al parque y no veo a ningún niño comiendo fruta. Y no porque no coman nada, es que sólo comen chucherías. Es que al parque donde suelo ir no he visto NUNCA a un niño comer fruta, aparte de a mis hijos. Una vez, vi a una niña con algo amarillo entre manos, me emocioné, pero al final resultó ser un Mikolápiz. Mi gozo en un pozo. Esta anécdota la compartí en Instagram y una mamá me escribió diciéndome que estaba obsesionada. Y sí, es posible, pero es algo que me preocupa mucho, cuando además España es uno de los países con mayor tasa de obesidad infantil.
  • En mi caso, le mando al cole algo de fruta todos los días, aunque no sea lo principal. Si en el cole, como a nosotros, os dieron unas recomendaciones de desayunos para llevar, en los que sólo hay un día para la fruta, no tengáis miedo de mandársela varios días. En mi caso, por ejemplo, si le toca bocadillo, lleva su bocadillo pequeño, y algo de fruta.

Entenderéis después de este post por qué me he ganado el mote de #LaLocaDeLaFruta 🙂 Y por suerte, gracias a las redes, ¡he podido comprobar que no soy la única! Somos muchos #LocosDeLaFruta. Si compartes una foto de tu peque comiendo fruta en el parque, etiquétame con ese hashtag y alégrame el día 🙂

Y para terminar eliminemos algunos mitos:

  • No, no pasa nada porque tu peque lleve sólo fruta para comer a media mañana al colegio. La fruta también da energía.
  • Tampoco pasa nada porque tu peque coma mucha fruta, siempre que esté sano. Desconozco en casos de alguna enfermedad si se debe limitar su consumo, pero en personas sanas, pienso que no hay límite, siempre que no desplace a otros alimentos, ¡por supuesto! ¡Tampoco se trata de comer sólo fruta durante todo el día! Pero sí deberían ser la opción preferible para meriendas, medias mañanas, postres… Si tienes dudas, consulta con su pediatra. Por cierto, es curioso cómo nos cuestionamos que la fruta pueda ser mala y en cambio tenemos muy normalizado que un niño coma galletas y beba zumos envasados a diario, por ejemplo.
  • No pasa nada por comer fruta de postre, ni por la noche. Os recomiendo seguir a la nutricionista Gabriela Ugarte en Instagram (@gu_nutricion).

 

Vaya… me he quedado a gusto. Por fin me he desahogado. Si te ha gustado este post, ¡compártelo!

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